El Sistema de Turismo Responsable, nacido en 1995 tras la Cumbre Mundial de Turismo Sostenible, establece una serie de pautas y requisitos que orientan a los establecimientos turísticos, destinos y elementos de la industria turística en general hacia la sostenibilidad, considerando los factores ambientales, sociales, culturales y económicos sobre los que tienen o se puede esperar que tengan influencia.
Los requisitos establecidos por el Instituto de Turismo Responsable abarcaban, hasta el año 2017, los siguientes campos:
Política de Turismo Responsable: Se debe establecer una Política de Turismo Responsable que exprese el compromiso por el turismo sostenible, y poner los medios para su cumplimiento. En este sentido, se exige el conocimiento constante de los requisitos legales y reglamentarios aplicables, el diseño de un Plan de Acción en el marco de la política y de un plan de formación-sensibilización. Asimismo, también es necesario que los mensajes promocionales del establecimiento contengan especificaciones de sostenibilidad.
Conservación y mejora del patrimonio cultural: Se exigen requisitos para la integración del establecimiento en la realidad cultural del destino, colaboración en la conservación de recursos culturales y fomento del conocimiento por parte de los visitantes.
Contribución al desarrollo económico y social del destino: Será necesario que el establecimiento contribuya a este desarrollo, a través de una política de compras y contrataciones orientada a ello, y otras actuaciones a su alcance. También deberá garantizar el comportamiento socialmente responsable con sus empleados.
Conservación ambiental: Se orienta a minimizar los impactos ambientales negativos derivados de las actividades del establecimiento, mediante una gestión adecuada de consumos, residuos, vertidos, emisiones, etc.
En concreto, se contemplan requisitos relativos a:
Satisfacción del cliente e implicación en el sistema de turismo responsable: El establecimiento debe garantizar la calidad, seguridad y accesibilidad en el servicio prestado. Asimismo, debe proporcionar información al cliente sobre las actuaciones responsables que lleva a cabo, así como sobre aquellas actividades que fomenten el conocimiento y respeto del visitante por el destino.
En el año 2017, coincidiendo con la celebración del Año Internacional de Turismo Sostenible, el Instituto de Turismo Responsable desarrolló una serie de conferencias internacionales (con el patrocinio de Naciones Unidas a través de la UNESCO y la OMT) en las que se aprobaron los nuevos criterios y requisitos de sostenibilidad turística internacional. Estos quedaron distribuidos en los siguientes ámbitos de sostenibilidad:
Siendo uno de los sectores económicos de mayor envergadura del mundo, y uno de los de más rápido crecimiento, el turismo se encuentra en una buena posición para fomentar el crecimiento económico y el desarrollo a todos los niveles y aportar ingresos mediante la creación de empleo.
El turismo puede estimular la productividad agrícola al promover la producción, el uso y la venta de productos locales en los destinos turísticos y su plena integración en la cadena de valor del turismo.
La contribución del turismo al crecimiento económico y al desarrollo también puede tener un efecto colateral en la salud y el bienestar.
El desarrollo de un turismo sostenible requiere de la profesionalización de sus actores turísticos. El turismo puede proporcionar incentivos para invertir en la educación y la formación profesional de los ciudadanos, favoreciendo la movilidad profesional a través de los acuerdos transfronterizos en materia de formación laboral (especialmente de jóvenes, mujeres, personas mayores, comunidades indígenas y colectivos con necesidades especiales) y transmitiendo valores de tolerancia y paz. Los Destinos sostenibles deben asegurar la existencia de formación turística inclusiva y de calidad, así como garantizar la adquisición de competencias técnicas y profesionales de jóvenes y adultos, suficientes para acceder a un empleo digno.
El turismo se ha convertido en una potente herramienta del empoderamiento femenino, en particular mediante la provisión de puestos de trabajo y mediante oportunidades de generación de ingresos en empresas, grandes y pequeñas, relacionadas con el turismo y la recepción de visitantes. Se trata hoy de uno de los sectores con un mayor porcentaje de mujeres empleadas y emprendedoras.
El turismo puede ser una poderosa herramienta de progreso comunitario y reducción de la desigualdad si involucra en su desarrollo a la población local y a todos los agentes clave.
El turismo puede ser una poderosa herramienta de progreso comunitario y reducción de la desigualdad si involucra en su desarrollo a la población local y a todos los agentes clave.
El turismo puede desempeñar un papel crucial para lograr el acceso responsable a los recursos hídricos y el respeto al ciclo del agua. El uso eficiente y apropiado del agua en el sector turístico, puede ser clave para salvaguardar uno de nuestros recursos más preciados.
Siendo un sector que requiere una aportación energética sustancial, el turismo puede acelerar la transición hacia la energía sostenible e incrementar su cuota en la matriz energética mundial. Al promover soluciones e inversiones sólidas con visión a largo plazo en energía sostenible, el turismo en las ciudades puede ayudar a reducir las emisiones de gases de efecto invernadero, mitigar el cambio climático e implantar soluciones energéticas nuevas e innovadoras en las zonas urbanas.
El desarrollo del turismo conlleva la disponibilidad de infraestructuras públicas y privadas de calidad y en un entorno innovador. El sector debe apostar por un modelo constructivo basado en los principios del desarrollo sostenible, en el que los diferentes colectivos y actores del mercado contribuyan firmemente al asentamiento y a la aplicación de una cultura de protección del medio ambiente y de la identidad cultural aplicada al sector de la edificación.
El turismo debe contribuir a que las ciudades y los asentamientos humanos sean inclusivos, creativos, seguros, resilientes y sostenibles. Una ciudad que no es buena para sus ciudadanos no es buena para los turistas.
Un sector turístico que adopta prácticas de consumo y producción sostenibles puede desempeñar un papel importante en la aceleración del cambio global hacia la sostenibilidad. Para ello deben desarrollarse iniciativas de uso eficiente de los recursos que den lugar a mejores resultados no sólo económicos, sino también sociales y ambientales. Las acciones de un Destino urbano sostenible deben asegurar la implantación de patrones de consumo y producción sostenibles a lo largo de toda la cadena de servicios y actividades turísticas, así como fomentar la economía circular.
El turismo contribuye al cambio climático y a la vez se ve afectado por el mismo. Por ello, redunda en el propio interés del sector que este tenga un papel protagonista en la respuesta global al cambio climático.
El desarrollo turístico en las ciudades marítimas y ribereñas debe ser una parte de la gestión integrada de las zonas costeras con el fin de ayudar a conservar y preservar los ecosistemas marinos frágiles y servir de vehículo para promover una economía azul.
El turismo sostenible en las ciudades puede desempeñar un papel importante, no solo en la conservación y la preservación de la biodiversidad in situ y en el entorno, sino también en el respeto de los ecosistemas terrestres, debido a sus esfuerzos por reducir los residuos y el consumo, la conservación de la flora y la fauna autóctonas, y las actividades de sensibilización.
Habida cuenta que el turismo, especialmente en las ciudades, gira en torno la multiplicidad de encuentros entre personas de contextos culturales diversos, el sector se convierte en un escenario de actividades con enorme capacidad para fomentar la tolerancia y el entendimiento multicultural.
Debido a su naturaleza intersectorial y capacidad de penetración en el tejido urbano, el turismo tiene la capacidad de reforzar las asociaciones público-privadas y de involucrar a múltiples agentes interesados –internacionales, nacionales, regionales y locales - el fin de contribuir a los ODS y otros objetivos comunes.