7 Consejos para ahorrar agua en hoteles

Estrategias y consejos para mejorar la conservación del agua en los hoteles

Ahorro de agua en hoteles

Cada año el Día Mundial del Agua pone de manifiesto la importancia que el agua tiene en nuestras vidas y cómo deberíamos llevar a cabo una gestión sostenible de todas las fuentes de agua potable.

La escasez de agua potable es un problema global conocido por todos: se estima que para el año 2030 la mitad de la población de la Tierra vivirá en zonas de escasez de agua, superando la demanda total de ésta en un 40% a la oferta total.

La mayor parte del agua se encuentra en los océanos (el 97%), quedando sólo un 3% de agua potable de la cual aproximadamente dos tercios se encuentra en los glaciares polares. Sólo un 1% del agua potable se encuentra por lo tanto en ríos, lagos, atmósfera y pozos subterráneos; en definitiva, al alcance del ser humano.

Pero si bien el total de agua potable accesible apenas ha cambiado su volumen a lo largo de los últimos siglos, la población del planeta sí que lo ha hecho. En el año 2015 se alcanzó la cifra de 7.376 millones de personas, prácticamente el doble que en la década de 1970. En los últimos 40 años, por lo tanto, el agua disponible por ser humano se ha reducido exactamente a la mitad.

El aumento de una población con niveles de vida más altos que ninguna otra generación anterior y la multiplicación de una agricultura intensiva en recursos hídricos arrojan un resultado poco favorable para el único 1% de agua potable del planeta. Una ecuación a la que debemos sumar el Cambio Climático y su transformación de los patrones meteorológicos, con manifestaciones menos predecibles y más pronunciadas: mientras unas zonas geográficas se exponen a períodos de prolongada sequía que hasta ahora nunca habían experimentado, otras áreas se ven saturadas por lluvias torrenciales inesperadas.

En esta situación, las compañías hoteleras tienen el imperativo moral y comercial de mejorar su gestión del agua. El coste es un factor claro: el consumo de agua supone de media el 10% del gasto fijo de cualquier hotel. Muchos hoteles además pagan el doble por el agua que consumen: en primer lugar comprando agua potable y en segundo lugar deshaciéndose de ella como agua residual. Por otra parte, el aspecto moral es igualmente apremiante: el agua es un recurso escaso en muchos resorts alrededor del mundo, razón por la cual los hoteles tienen la responsabilidad de no usar más de la necesaria, especialmente en áreas remotas donde sólo a través de la gestión eficiente se asegura a los residentes locales no verse privados del suplido esencial.

Según la última investigación del SIWI, cerca del 20% de la población vive en áreas de escasez de agua, es decir, en lugares donde el uso de agua potable “se acerca o ha excedido los límites sostenible” y donde “más del 75% del agua fluvial se destina a la agricultura, la industria o a uso doméstico”. El sector privado es uno de los principales demandantes de agua y depende completamente de su producción y distribución. La industria turística, en particular, quizás sea una de en las que más importante es el uso eficiente de agua, ya que forma parte de las operaciones diarias.

7 Consejos para ahorrar agua en hoteles

1- Ahorro de Agua: Estableciendo un plan de gestión de aguas

Para establecer y alcanzar objetivos realistas, relevantes y medibles, necesitaremos dedicar tiempo y recursos a una cuidadosa planificación y su posterior seguimiento.

El primer paso a la hora de crear un plan de gestión y ahorro de agua será la medición del consumo de agua y la fijación de determinados objetivos tangibles. Es necesario conocer nuestro punto de partida y calcular exactamente cuánta agua usamos. Para ello necesitaremos instalar contadores y realizar lecturas regulares de los mismos. Conviene además de instalar varios contadores para encontrar las áreas donde más agua se usa, transformar dicha medición a términos económicos: de esta manera entenderemos cualquier esfuerzo por ahorrar agua más como una inversión que como una obligación.

2- Elaborando estrategias para cada área

Tras conocer el volumen consumido, el segundo paso consiste en establecer directrices a seguir. Si, por ejemplo, nuestro hotel cuenta con amplias zonas ajardinadas, debemos elaborar estrategias orientadas a mejorar la conservación del agua. En este sentido, uno de los factores claves es el sistema de riego. Si queremos reducir el consumo de agua en nuestro hotel debemos conocer con qué tipo de vegetación contamos. Al conocer las características de la flora, podremos saber qué cantidad de agua necesitan y con qué frecuencia, lo que nos permitirá establecer patrones de acción que eviten excesivos riegos.

3- Controlando y reduciendo el consumo de agua

Después de marcar las directrices a seguir, el tercer paso consiste en controlar e intentar reducir el uso del agua. Para ello, existen diversos sistemas que permiten ahorrar agua en los hoteles de forma continua.  Al incorporar en nuestras instalaciones estos sistemas de bajo consumo, como los inodoros con depósitos de baja capacidad, peralizadores en los grifos o cabezales de ducha con bajo flujo, reducimos considerablemente la cantidad de agua empleada.

4- Manteniendo en correcto funcionamiento las instalaciones

En el cuarto paso, después de integrar en los hoteles sistemas o mecanismos de bajo consumo hídrico, debemos asegurarnos que funcionan correctamente. Resulta indispensable, a la hora de reducir el consumo de agua, procurar que estos siempre se encuentren en condiciones óptimas. Revisándolos periódicamente, lograremos prevenir la aparición de fugas o ineficiencias, así como posibles averías que produzcan un efecto contrario al deseado.

5- Optimizando el uso de los sistemas

En el quinto paso, además de contar con sistemas eficientes, debemos optimizar su uso. Si analizamos el caso de los servicios de lavandería, resulta esencial realizar una correcta planificación que nos permita controlar el tiempo empleado así como el consumo; sin descuidar nunca el servicio al cliente. De esta manera, debemos procurar que los aparatos funcionen de la forma más eficiente posible, en este caso, que las lavadoras estén completamente cargadas. Con estas medidas, además de reducir el consumo del agua, lograremos disminuir otros costes asociados como, por ejemplo, la cantidad de detergente utilizado así como el consumo eléctrico.  

6- Formando a los trabajadores

Todos los pasos anteriores no surtirán efecto si no educamos y concienciamos a nuestros empleados. Por ello, el sexto paso consiste fomentar acciones y actitudes en nuestros trabajadores que evidencien un comportamiento ético. El factor humano resulta crítico a la hora de emprender cualquier acción de mejora en nuestra organización: debemos formarlos en materia de conservación del agua, manteniéndolos constantemente informados sobre mejoras o cambios; así como incorporar, dentro de sus rutinas y actividades, pautas a seguir para un consumo responsable. De igual forma, debemos implantar mecanismos o sistemas que nos permitan recibir feedback, de manera de conocer qué procesos funcionan y cuáles no, para realizar las correcciones y cambios oportunos.

7- Concienciando a los clientes

Por último, como séptimo paso, al igual que con nuestros empleados, debemos concienciar a los clientes sobre la importancia de ahorrar agua. Con simples cambios de conducta, como reducir el número de toallas utilizadas o cerrar el grifo cuando no se está utilizando, podemos conseguir mejoras así como involucrar a los huéspedes en un sistema de gestión que cuide el medio ambiente y que sea sostenible en el tiempo.

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