Definición del turismo sostenible y el papel del Instituto de Turismo Responsable
En sólo unas pocas décadas, el turismo se ha convertido en uno de los sectores de más rápido crecimiento y expansión en el planeta, un poderoso vector de relación intercultural, económica y social que abarca las expectativas de millones de ciudadanos. No obstante nos encontramos ante un fenómeno ambivalente. El turismo puede ser contemplado ciertamente como una actividad capaz de impulsar la cohesión social y económica en un mundo desigual, como fuerza creativa para el enriquecimiento cultural mutuo, e incluso como un derecho social en el nuevo milenio; sin embargo también puede convertirse en un vector de destrucción de identidades locales y territorios o en un máquina de homogenización global.
Si el turismo pretende desarrollarse por vías sostenibles tiene que ser capaz de satisfacer los deseos de los anfitriones y visitantes actuales y futuros y, a la vez, satisfacer las necesidades económicas, sociales y estratégicas, manteniendo la integridad cultural y los procesos ecológicos a largo plazo.
El turismo, podemos decir, es un asunto de todos: un complejo mundo de relaciones que involucra a la industria turística, a las comunidades de acogida y los propios turistas. Por ello, el turismo puede ser entendido como un vector de la Paz, como fuerza colaboradora en el mantenimiento de la diversidad cultural, y como promotor de alianzas a favor del Desarrollo Sostenible.
La industria turística (hoteleros, asociaciones turísticas, servicios, agencias, transportistas, tour operadores, etc.) es una de los tres grandes protagonistas del turismo. Un turismo en un planeta vivo y extremadamente rico en diversidad. Los protagonistas del turismo (industria, comunidades anfitrionas, apoyadas por las administraciones competentes, y turistas), son los elementos claves del diálogo y consenso que servirá de base al compromiso con la sostenibilidad.
Uno de los desafíos de mayor relevancia en la actualidad, y que incumbe a todos los actores involucrados en el turismo, es el diseñar modelos turísticos sostenibles que permitan configurar “productos sostenibles”. A través de productos de calidad, empleados bien formados y satisfechos y la prestación de servicios de calidad, se generan productos de calidad y sostenibles que aportan al viajero una experiencia mejor y única. Una mejora en la excelencia turística que resulte en mejores productos y experiencias generará un incremento de la demanda y un aumento de los ingresos, al poder ajustarse al alza los precios dado que se incrementa el precio que están dispuestos a soportar los consumidores.
Así, lejos de concebir el turismo con un enfoque exclusivamente de demanda, que percibe el turismo como el conjunto o flujo de visitantes de un lugar, en el que no se identifica un producto sino un colectivo de consumidores, turistas o visitantes, desde el Instituto de Turismo Responsable entendemos el turismo como un sistema complejo en el que se funden en un todo visitantes, población residente, territorio y patrimonio, atendiendo a un planteamiento integrador en el que la variable ambiental deberá conjugarse con las restantes variables de la sostenibilidad, las sociales, las culturales, las económicas, las institucionales y las propiamente éticas de los productores y consumidores de servicios turísticos.
Si bien hasta hace poco era complejo establecer las variables exactas que repercuten en la sostenibilidad de un destino o de una entidad, con la Cumbre de Desarrollo Sostenible de Naciones Unidas y el establecimiento de los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible a alcanzar en el marco de la Agenda 2030, ahora existen magnitudes que determinan la sostenibilidad mucho más específicas y consensuadas. Estos Objetivos de Desarrollo Sostenible, pueden y deben ser medidos como herramienta de cálculo de la sostenibilidad de un destino o de una entidad, y es en relación con esta visión que el Instituto de Turismo Responsable creó el denominado Sistema de Turismo Responsable (STR), el cual es reconocido públicamente mediante el Sello de turismo sostenible BIOSPHERE.
La Sello BIOSPHERE, que actualmente poseen destinos como Barcelona y cuya proceso de obtención han iniciado en el extranjero destinos como Thompson Okanagan en la Columbia Británica o Yuriria en México, es una metodología, voluntaria e independiente y tiene el atractivo de establecer no sólo requerimientos de calidad, sino de además incluir tanto los criterios de sostenibilidad establecidos en los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible como las principales directrices emanadas de la Cumbre del Clima de París. También, por supuesto, la responsabilidad social, la conservación de los bienes culturales, la satisfacción de las expectativas de los turistas sobre el destino, el aumento de la calidad de vida de la población de acogida, etc., son variables tenidas en cuenta y ponderadas por la certificación.
El Sistema de Turismo Responsable no pretende sustituir o establecer modelos sobre la gestión en los destinos o establecimientos adheridos, sino apoyar y, en caso necesario, promover los cambios precisos en el comportamiento de los establecimientos, con el fin de que éstos orienten su actividad hacia formas más consecuentes con la protección del medio ambiente y el desarrollo sostenible. El Sistema de Turismo Responsable busca conseguir un destino, producto o empresa turística sostenible y diferenciada que suponga una garantía de valor añadido al visitante.
Así, la implantación de la certificación Biosphere tiene los siguientes beneficios:
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