El pasado 31 de enero, cumpliendo con los acuerdos del último Buró de ORU Fogar, el presidente Abdessamad Sekkal firmó un acuerdo de colaboración con Patricio Azcárate, secretario general del Instituto de Turismo Responsable (RTI). Este acuerdo permitirá que las dos organizaciones puedan cooperar en diferentes programas y participar en proyectos conjuntos, tanto como el asesoramiento mutuo. El acuerdo debe sobre todo permitir, sin embargo, la difusión de experiencias turísticas positivas que tengan los ODS como referencia y la posibilidad que las regiones de ORU Fogar puedan acceder a los certificados Biosphere.

El Instituto de Turismo Responsable es una organización independiente, el objetivo del cual es la implementación de programas de desarrollo sostenible en la industria turística. Su actividad más reconocida tiene que ver, de toda manera, con la concesión de los certificados  “Biosphere Responsible Tourism". La marca Biosphere reconoce la competitividad del sector turístico en el cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo Sostenible, pero también de la Carta Mundial de Turismo Sostenible + 20 y las directrices de la Cumbre del Clima de Paris. Y, así, el certificado se rige por los cuatro Memorándum Biosphere, que fueron aprobados en 2017 durante el Año Mundial el Turismo Sostenible, en conferencias patrocinadas por Naciones Unidas a través de la UNESCO y la OMT.

La relación entre el Instituto y ORU Fogar la estableció la Diputación de Barcelona que, tras varios años de trabajar en la lógica Biosphere, en febrero de 2019, consiguió el Certificado Biosphere Gold. ORU Fogar, tras haber trabajado durante años en el debate sobre el desarrollo territorial, nunca había focalizado el tema en el turismo como recurso de desarrollo. Así, en mayo de 2019, ORU Fogar invitó al RTI a hacer un curso en el III Foro de Desarrollo Local de América latina y el Caribe que se celebró en Barranquilla, Atlántico (Colombia). La experiencia suscitó gran interés y el curso quedó desbordado. El acuerdo firmado permite continuar en la lógica del trabajo iniciada en Departamento Atlántico de Colombia, con el convencimiento que un certificado Biosphere puede acreditar a una región como destino turístico de calidad y, por tanto, reforzar una determinada apuesta de desarrollo.